Hay niños que no se parecen al resto.
No actúan igual, no piensan igual, no sienten igual.
A veces son más sensibles.
O más intensos.
O más callados.
O simplemente no encajan en lo que la sociedad considera “normal”.
Y aunque el mundo intente que cambien para adaptarse, lo que ellos realmente necesitan es que alguien les diga que ser diferentes no solo está bien… sino que es un regalo.
La herida de no encajar
Desde muy pequeños, los niños aprenden que hay formas de ser “más aceptadas” que otras.
Si son tímidos, les dicen que deben hablar más.
Si no les gusta el fútbol, quedan fuera.
Si visten distinto, se burlan.
Si no siguen las normas sociales al pie de la letra, les ponen etiquetas.
Y así, muchos niños crecen con la idea de que hay algo malo en ellos.
Por eso, reforzar la autoestima desde casa y desde la escuela es clave.
🧠 ¿Cómo ayudarlos a quererse siendo ellos mismos?
💛 Valida sus emociones.
En lugar de minimizar lo que sienten, escúchalos y hazles saber que sus emociones tienen sentido.
💛 Celebra su autenticidad.
Diles con palabras y gestos: “Me encanta cómo eres”, “Tu forma de ver el mundo es especial”, “No necesitas cambiar para agradar”.
💛 Evita comparaciones.
Compararlos con otros solo refuerza la idea de que no son suficientes. Hazles ver lo valioso que es ser uno mismo.
💛 Enséñales a responder al rechazo con amor propio.
No todos les entenderán, pero eso no define su valor. Ayúdales a ver que quien no los acepta habla desde su propia limitación.
💛 Rodéalos de diversidad.
Cuentos, películas, referentes reales… Muéstrales personas únicas que cambiaron el mundo siendo diferentes.
💛 Construye puentes en la escuela.
Habla con el profesorado. Promueve la empatía. Acompaña. No esperes a que el daño esté hecho para intervenir.
🌟 Que nunca se les olvide…
Ser diferente no es un defecto. Es una forma única de existir.
Y su valor no depende de cuántos les comprendan, sino de cuán profundamente aprendan a quererse tal y como son.
📝 Si conoces a un niño que se siente “demasiado diferente”, recuérdale esto: no está solo. Hay un lugar en el mundo para él. Y empieza por tu abrazo.
