🌱 Amar sin moldear: el arte de respetar a nuestros hijos tal y como son

Vive la vida que deseas

Tener un hijo no significa tener una réplica de uno mismo.
Significa acompañar a un ser único que viene al mundo con su propio carácter, sus gustos, sus sueños, su forma de mirar la vida.

Y sin embargo… ¿cuántas veces intentamos, sin darnos cuenta, moldearlos a nuestra medida?

No son lo que esperabas. Son lo que necesitan ser

A veces nos cuesta aceptar que nuestro hijo o hija:

  • Quiere ser artista cuando soñábamos con un médico.
  • Prefiere llevar el pelo largo, teñido o rapado.
  • No sigue las normas de “buen gusto” que nos inculcaron.
  • Tiene una orientación sexual o identidad de género distinta a la que imaginamos.

Y es ahí donde se pone a prueba lo más profundo de la crianza: el amor incondicional.

El respeto no se demuestra solo en lo que decimos, sino en lo que permitimos

Respetar a nuestros hijos no es dejarlos hacer todo sin límites. Es:

  • Escuchar sin interrumpir.
  • Preguntar antes de juzgar.
  • Dejar de corregir su esencia para adaptarla a nuestros esquemas.
  • Abrazar sus diferencias como una riqueza, no como un error.

Lo que realmente necesitan

No necesitan aprobación ciega.
Necesitan saber que pueden ser quienes son, sin miedo a perder tu amor.

Porque cuando un hijo siente que debe esconder una parte de sí mismo para ser aceptado, empieza a desconfiar de su valor. Y ahí, el daño no se olvida.

¿Y si hoy soltamos el control?

Soltar el control no es abandonar. Es amar desde la libertad.
Es decir: “No eres lo que imaginé… eres incluso más hermoso tal y como eres.”

Porque el verdadero legado no es que se parezcan a ti,
sino que se atrevan a ser plenamente ellos mismos.

Scroll al inicio