Vivimos en un mundo hiperconectado. A diario, madres, padres y docentes compartimos momentos únicos: el primer día de cole, un viaje en familia, una sonrisa espontánea o una manualidad bien hecha. Las redes sociales nos dan la posibilidad de congelar esos instantes y mostrarlos al mundo. Pero… ¿hemos pensado realmente qué implica publicar fotografías de nuestros hijos e hijas?
👀 ¿Quién está viendo esas fotos?
Cuando compartimos imágenes de la infancia en redes, perdemos el control sobre su destino. Aunque nuestras cuentas sean privadas, cualquier captura de pantalla puede viajar más lejos de lo que imaginamos. Y si las cuentas son públicas, el alcance es infinito: desde conocidos hasta desconocidos, pasando por algoritmos que archivan y distribuyen contenido sin nuestro consentimiento.
📚 El derecho a la intimidad (incluso si tienen 3 años)
Las niñas y los niños tienen derecho a su imagen, aunque no puedan ejercerlo aún. Lo que hoy nos parece una publicación inocente, mañana puede afectarles emocionalmente o convertirse en material sensible en manos ajenas. El consentimiento, además, debe ser informado y respetuoso con su etapa evolutiva. ¿Entiende realmente un niño de 7 años lo que significa «estar en Instagram»?
🎯 ¿Por qué sentimos esa necesidad de publicar?
Reflexionar sobre esto es tan importante como conocer los riesgos. A veces buscamos validación, otras, documentar el recuerdo o compartir orgullo. Todo eso es humano. Pero antes de publicar, conviene preguntarnos:
🔹 ¿Lo hago por mi hijo o por mí?
🔹 ¿Le gustaría a él o a ella verse en esta situación dentro de unos años?
🔹 ¿Estoy mostrando una imagen real o forzada de su infancia?
✅ ¿Qué podemos hacer como familias y educadores?
Aquí van algunas claves prácticas para una convivencia digital responsable:
- Habla con tus hijos: incluso desde pequeños. Cuéntales por qué haces fotos, enséñales a decir “no quiero que me grabes”.
- Pregunta antes de publicar: si ya tienen edad para entenderlo, deja que decidan.
- Evita imágenes sensibles: en bañador, llorando, en contextos íntimos o escolares.
- Difumina caras cuando publiques fotos de grupo (si no tienes consentimiento).
- Haz álbumes privados para la familia, en lugar de subirlo todo a redes.
- Crea recuerdos sin cámaras: la infancia también necesita privacidad para desarrollarse libre.
🌱 Educar en lo digital, con respeto y empatía
Ser referentes digitales no consiste en prohibir o demonizar, sino en acompañar, proteger y respetar. Nuestros hijos e hijas nos observan también en cómo usamos las redes, y en cómo decidimos mostrar o no mostrar su imagen.
A veces, amar también significa guardar una foto solo para nosotros.

